El PIB, mejor de lo previsto gracias al recorte de cuñas y a la reforma del Irpef

Los datos macroeconómicos están siendo los logros más importantes del Gobierno de Meloni. Aunque todavía queda mucho por hacer y nuestras cuentas están lejos de restablecerse, el PIB y el empleo representan los valores más significativos alcanzados por el ejecutivo que ahora lleva casi dos años en el poder. Nadie lo habría dicho hace sólo unos meses, pero en términos de empleo , Italia está subiendo puestos en la clasificación europea: el desempleo ha caído drásticamente por debajo del umbral del 7%, con un 6,5% superando a otros competidores de la UE, como Suecia y Finlandia, a menudo utilizados como modelos de civilización en nuestro detrimento. Ahora hay más de 24 millones de puestos de trabajo en Italia, nunca tantos en la historia de nuestra nación, y en un año han aumentado en una cifra no muy inferior al millón. El motor de este crecimiento es el aumento del empleo femenino y la disminución del empleo precario, con la reducción de los contratos de duración determinada y el aumento de los contratos indefinidos. Esto se debe no sólo a trabajadores capaces y dispuestos, a industrias y sectores enteros que hacen su trabajo a diario, sino también a las distintas medidas deseadas por el gobierno Meloni, como el Decreto de Cohesión y las distintas descontribuciones en favor de categorías frágiles, como las mujeres, los asalariados del Sur y los jóvenes (cuyo paro bajó un 0,6% en julio).

Excelente PIB en 2024

Incluso el PIB da a Italia buenas razones para hablar de crecimiento y esperar que éste se produzca en los próximos meses. De hecho, el último Informe de Defensa, elaborado en abril, pronosticaba que el PIB italiano crecería un 1% este año: sólo en los seis primeros meses, el PIB creció un 0,9%, igualando el ya excelente resultado del año pasado, con lo que «corremos el riesgo» de alcanzar la marca del 1% antes de tiempo, incluso antes de que acabe el año. A partir de esta cifra y de la excelente evolución de los ingresos fiscales y del rendimiento de la evasión (récord el año pasado), se espera que la ley presupuestaria no sea tan restrictiva como esperaban y pronosticaban los búhos de la oposición. Sobre el próximo presupuesto pesa especialmente el éxito de las dos medidas fundamentales de los presupuestos de centro-derecha: el recorte de la cuña fiscal y contributiva, en un 7% para las rentas de hasta 25.000 euros, y en un 6% para las rentas de hasta 35.000 euros, y la reducción de cuatro (inicialmente cinco) a tres tramos impositivos del Irpef, con el consiguiente ajuste del tipo más bajo entre los tramos fusionados.

Previsiones crecientes

Para 2025, en cambio, el Def, que, como los elaborados por el Ministerio de Economía desde que la dirección política es de derechas, es muy prudente (y recibió, a pesar de ello, varias críticas, luego evidentemente desmentidas por los hechos); decíamos, para 2025, el Def ha previsto en cambio un crecimiento del 1,2%. Pero precisamente el impacto del recorte de la cuña y de la reforma del Irpef podría ser muy positivo sobre las cuentas, la economía, el mercado, la producción y la pobreza (que ya se está ralentizando). De cara a los próximos Presupuestos, las dos reformas podrían tener un impacto del 0,2%, lo que equivaldría a 4.000 millones de euros disponibles para que el Gobierno los utilice en los Presupuestos. Todo dependerá del contenido del Plan de Estructura Presupuestaria, el nuevo documento solicitado por Europa y que sustituye al Nadef, la Nota de Actualización Def que en otoño ocupó las reflexiones de los responsables de Vía XX Settembre. Es posible, en definitiva, que el año 2025 sea mejor de lo que esperábamos y que los resultados positivos lleguen incluso más allá de las medidas del Gobierno, porque este es también el objetivo de sus medidas: ser una fuerza motriz, liberar al mercado de las viejas limitaciones, marcar el camino y permitir que todos los actores del sector sigan su camino. El eslogan de Fratelli d’Italia para las victoriosas elecciones de 2022 decía precisamente eso: necesitamos«liberar la energía«: el Gobierno de Meloni lo está haciendo.