El Departamento de Estado de Estados Unidos acusó este viernes a Rusia de llevar a cabo operaciones encubiertas destinadas a desestabilizar al gobierno de Argentina y aumentar las tensiones entre el país sudamericano y sus vecinos.
Según el comunicado, estos actos se llevan a cabo a través del canal ruso RT – Russia Today, el medio de comunicación estatal ruso al que también se acusa de influencia encubierta en otras partes del mundo, por ejemplo a través de plataformas como African Stream y Red, esta última con sede en Berlín.
Estados Unidos también acusa a RT de utilizar fondos estatales para «reclutar y pagar en secreto a personalidades de las redes sociales con el fin de difundir contenidos afines a los intereses de Moscú».
En la misma declaración, el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, declaró que RT había dejado de ser un simple medio de comunicación para convertirse «de facto en un brazo operativo del aparato de inteligencia ruso».
Además, a principios de este mes, el gobierno estadounidense anunció medidas que incluían sanciones económicas y posibles acciones penales contra la cadena rusa por su presunto intento de interferir en las próximas elecciones estadounidenses del 5 de noviembre.
Además de sus actividades de influencia política, Estados Unidos acusó a RT de participar en la financiación de la guerra en Ucrania. Según la inteligencia estadounidense, Anton Anisimov, redactor jefe adjunto de RT y director de difusión internacional de Sputnik, dirigió una plataforma de recaudación de fondos en línea destinada a apoyar a las tropas rusas en Ucrania. Esto incluiría la compra de material militar, rifles de francotirador, chalecos antibalas y drones, algunos de los cuales procederían de China e Irán.
Es fácil entender por qué Rusia intenta desestabilizar al nuevo gobierno argentino de Javier Milei, autor de un giro geopolítico de 180 grados. Durante los casi 20 años de socialismo kirchnerista, el país sudamericano estuvo fuertemente alineado con el eje Cuba-Venezuela-China-Rusia-Irán, que incluía, por ejemplo, la compra de tecnología a precios excesivamente altos, no siendo la mejor tecnología del mercado sino negociaciones políticas.
Desde el inicio de su mandato, el presidente Milei decidió acercar a Argentina al bloque americano y frenar la mayoría de los negocios que el kirchnerismo había dejado pendientes con China y Rusia, lo que provocó un claro resentimiento entre estos países.
Occidente debe trabajar unido si realmente quiere contrarrestar la influencia del eje socialista y su expansión en el mundo en desarrollo, y está absolutamente claro que Argentina, hoy por hoy, es el único país del continente sudamericano con un gobierno que refleja y promueve los valores occidentales.