“Conozco de primera mano el impacto de las minas y los IED. Por eso dejé mi trabajo y vine a Ucrania a servir”: Una entrevista con Ryan Hendrickson, ex Boina Verde y fundador de la ONG “Tip of the Spear Landmine Removal Inc”

Ryan Hendrickson es un ex sargento de primera clase de  las fuerzas especiales estadounidenses, los boinas verdes, que ahora dirige la ONG “Tip of the Spear – Landmine removal”, dedicada al desminado en Ucrania.

Hendrickson fue gravemente herido en 2010 en Afganistán, pero tras someterse a muchas operaciones, y a una tortuosa rehabilitación, consiguió reincorporarse a los boinas verdes, siendo reenviado a Afganistán en marzo de 2012. Se retiró como un veterano altamente condecorado, habiendo obtenido, entre otras condecoraciones, la Estrella de Plata, cuatro Estrellas de Bronce y un Corazón Púrpura.

¿Cuándo llega a Ucrania y por qué razón?

Llegué a Ucrania por primera vez en marzo de 2022 y antes de eso estuve en Afganistán. Estuve allí hasta julio de 2021, justo antes de la retirada total, y cuando volví a casa me encontraba perdido porque había pasado toda mi carrera militar en la guerra de Afganistán. Estaba retirado del ejército y tenía un contrato y trabajo, pero estuve viendo la invasión a gran escala en febrero de 2022, y en marzo deje mi trabajo para venir a Ucrania y ver cómo podía ayudar.

Al principio trabajé con una organización misionera, YWAM (Young With A Mission), evacuando a mujeres, niños y ancianos de las zonas que estaban ocupando los rusos y ayudándoles para poder llegar a países fronterizos como Polonia o Rumanía. A medida que los rusos llevaban a cabo su retirada hacia el este, en abril de 2022, los civiles comenzaron a regresar a sus hogares, pero empezaron a ser víctimas de las minas terrestres y artefactos explosivos dejados por los rusos. Como mi trabajo en el ejército dentro de las fuerzas especiales era el de experto en demoliciones, tenía mucha experiencia en encontrar artefactos explosivos improvisados (IED) y minas terrestres por mi servicio en Afganistán, así que decidí enfocarme en esa tarea.

Un IED le hirió de gravedad en Afganistán.

Sí, fue en septiembre de 2010, mientras rescataba a un soldado afgano en territorio “sin despejar”, pise un IED con el pie derecho; estuvo a punto de matarme y dejó mi pie colgando al final de la pierna. Así que estoy muy familiarizado con minas y explosivos.

Cuando las minas empezaron a cobrarse víctimas entre los civiles me asocié con una unidad de defensa territorial para hacer que esas zonas volviesen a ser seguras y empecé a entrenarles en el desminado con lo que había aprendido en Afganistán. Entiendo que Afganistán y Ucrania son diferentes, pero los explosivos son explosivos en todas partes. Sobre el terreno, vi que había una necesidad crítica de equipo, así que volví a casa, recaudé fondos y compré detectores y equipo para quitar minas, y regresé a Ucrania. Entregué el equipo a la unidad y me fui a otra, y seguí haciendo lo mismo hasta septiembre de 2022.

¿Es entonces cuando crea “Tip of the Spear – Landmine removal Inc”?

Sí, decidí convertir mi trabajo voluntario en una ONG sin ánimo de lucro, y, para mí sorpresa, la aprobación de la ONG en los Estados Unidos fue muy rápida. Ahora mismo, este es mi onceavo viaje a Ucrania y en todo este tiempo hemos estado trabajando con equipos ucranianos, donándoles material, trabajando sobre el terreno, entrenándolos… No obstante, después de más de tres años de guerra, los ucranianos ya no necesitan mucho entrenamiento y son probablemente los mejores desminadores del mundo.

También hemos creado nuestra propia ONG en Ucrania, “Tip of the Spear Ukraine” en donde proporcionamos desde formación hasta equipamiento para acciones contra las minas y hemos puesto en marcha equipos femeninos de desminado. Muchas son mujeres de veteranos que están en el frente, y el desminado les da un propósito y un sentido de servicio. Nuestro equipo está formado por veteranos retirados estadounidenses, la mayoría de las fuerzas especiales boinas verdes, y el resto son ucranianos, veteranos que ya no pueden servir activamente en el frente.

¿También enseñan a los civiles a cómo actuar sí encuentran una mina o un IED?

Por supuesto. En el caso de las minas terrestres, el término estadounidense es ‘Explosive Ordnance Risk Education’ (Educación sobre el riesgo de artefactos explosivos). Acudimos a las comunidades y enseñamos a la gente, especialmente a los niños, porque son tan inocentes que creen que nada puede hacerles daño y los tocan, e incluso juegan con ellos. Esta educación es extremadamente importante y nuestros equipos están formados en esta materia. 

Ha contado su experiencia en Afganistán en su libro “Tip of the Spear”. Tras resultar herido, pasó por un auténtico infierno de operaciones y rehabilitación, pero volvió a los boinas verdes y a Afganistán. ¿Es esa determinación la que le ha hecho regresar tantas veces a Ucrania?

Fueron 28 operaciones y 18 meses de rehabilitación. Regresé a Afganistán y lo hice siete veces más. Conozco de primera mano el impacto de las minas y los IED, y eso es lo que impulsa mi misión. Por eso dejé mi trabajo y vine a Ucrania a servir, porque nadie tiene que pasar por todo ese dolor, especialmente los niños. Ellos son los que más me motivan, porque un niño tiene toda su vida por delante y solo es culpable de ser un niño. Las minas terrestres son asesinos indiscriminados y, desafortunadamente, los que más sufren sus consecuencias son los inocentes; por eso hago lo que hago.

Ucrania ha hecho un gran esfuerzo en la recuperación de los civiles y soldados mutilados. ¿Conoce alguno de los centros de rehabilitación?

Sí, Ucrania tiene centros como Superhumans en Lviv que son de primera categoría. Además, están construyendo más centros a lo largo de Ucrania y están haciendo un trabajo increíble. Desafortunadamente, hay demasiadas bajas, demasiados heridos, y es difícil construir las instalaciones suficientes para las personas heridas por minas terrestres.

A pesar de la dureza de la guerra, los ucranianos son extremadamente resilientes y agradecidos, son un pueblo fuerte y están muy motivados. Por supuesto, están cansados, pero eso no importa porque están defendiendo su país.

En un post en redes sociales, decía que lucha por hacer que este mundo sea un lugar mejor de lo que era antes. ¿Es este su objetivo?

Sí, mi objetivo en la vida es dejar este mundo un poco mejor que cuando llegué y difundir ese mensaje, porque eso es lo que Dios quiere. Dios nos puso en la Tierra para ayudar a otras personas a intentar hacer de este mundo un lugar mejor, y si puedo difundir este mensaje y algunas personas lo captan y ponen de su parte, bueno, la esperanza es contagiosa y se extiende con extrema rapidez. Con esperanza y todo el mundo poniendo de su parte, imagínate lo que podemos conseguir.

Te diré una cosa: en mi vida he estado en lugares realmente malos y he visto cosas muy malas, pero siempre puedes ver la mano de Dios si la buscas. En todos estos lugares hay esperanza porque Dios está en todas partes, y si permitimos que nos use como una herramienta para ayudar a otros, siempre hay esperanza, incluso, y especialmente, en los lugares que parecen más oscuros.

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