El Parlamento Europeo ha aprobado una resolución histórica en la que pide a Eslovenia verdad, justicia y memoria sobre las fosas comunes y las ejecuciones extrajudiciales perpetradas por el régimen comunista de Tito tras la Segunda Guerra Mundial. Una postura firme, largamente esperada, que vio converger a la derecha europea en nombre de la verdad histórica y el respeto a las víctimas del totalitarismo rojo. Pero entre los 266 votos en contra también está el bloque de la izquierda italiana: Partito Democratico, Movimento 5 Stelle y Alleanza Verdi-Sinistra dijeron no.
Europa pide memoria, la izquierda italiana dice no
La resolución, adoptada con 357 votos a favor y 16 abstenciones, pide a Eslovenia que reanude la búsqueda de fosas comunes, garantice un entierro digno a los miles de víctimas del foibe y establezca lugares conmemorativos. El texto también deplora que el gobierno esloveno suprima en 2023 el Día Nacional del Recuerdo de las Víctimas de la Violencia Comunista. Una decisión calificada de extremadamente grave por los firmantes de la resolución, que también piden un examen exhaustivo de los archivos de los servicios secretos yugoslavos, en particular de la KOS y la UDBA, para arrojar toda la luz sobre los crímenes cometidos.
Entre las líneas de la resolución emerge una clara conciencia: todos los crímenes de los regímenes totalitarios deben juzgarse con la misma severidad, sin dobles raseros, sin amnesia ideológica. Pero para Pd, M5S y Avs, evidentemente, el comunismo sigue siendo un recuerdo incómodo que hay que proteger.
Fidanza (FdI): ‘Este es el verdadero rostro de la izquierda’
Carlo Fidanza, jefe de la delegación de Fratelli d’Italia en el Parlamento Europeo, hizo un comentario muy duro:
«Hoy, en Estrasburgo, la izquierda italiana ha mostrado su verdadero rostro. Los eurodiputados del Pd, M5S y Avs votaron en contra de una resolución que pedía justicia por los crímenes cometidos por los partisanos comunistas y el régimen de Tito. Han optado por ponerse del lado de quienes impidieron la recuperación de los cuerpos de los foibe y borraron la memoria de las víctimas del comunismo».
Una postura que, según Fidanza, confirma la ambigüedad histórica de cierta izquierda italiana, todavía incapaz de asumir el sangriento legado de los totalitarismos marxistas.
Malaguti: «Sometido a los legados ideológicos del comunismo».
Mauro Malaguti, diputado nacional del FdI, también habló con palabras afiladas:
«En Estrasburgo, la izquierda italiana votó en contra de recordar a las víctimas del mariscal Tito, demostrando que ni siquiera sienten piedad por tantos inocentes masacrados con inmenso sufrimiento, como los infoibati. El comunismo sembró más desesperación y muerte que ninguna otra ideología totalitaria, pero aún hoy ciertos izquierdistas siguen siendo serviles a sus legados ideológicos».
Una acusación precisa, que toca un nervio en carne viva de la izquierda post-ideológica: la dificultad de condenar sin ambigüedades los crímenes del comunismo, como los del nazismo y el fascismo.
Foibe, fosas comunes y revisionismo: las cifras de la vergüenza
La resolución aprobada en Estrasburgo contiene cifras inquietantes. Más de 100.000 opositores eslovenos al régimen comunista fueron víctimas de persecución, tortura y violencia. Decenas de miles fueron ejecutados sumariamente sin juicio. Ya se han identificado más de 750 fosas comunes, pero muchas más permanecen ocultas. Incluso hoy, miles de cadáveres yacen sin nombre y sin enterrar.
La petición del Europarlamento es sencilla: honrar a las víctimas, aportar claridad histórica, garantizar la justicia y la memoria. En cambio, hay quienes prefieren el silencio. En Eslovenia, donde el gobierno actual ha anulado toda iniciativa institucional de conmemoración. Y en Italia, donde la izquierda finge no ver.
La memoria selectiva del progresismo italiano
No es la primera vez que el PD, el M5S y los Av se echan atrás ante la condena del comunismo. Ya se negaron en el pasado a aprobar resoluciones que equipararan los crímenes de los totalitarismos del siglo XX. La línea es siempre la misma: antifascismo unidireccional, negacionismo blando sobre los crímenes rojos, memoria selectiva.
Como si las víctimas del comunismo no merecieran justicia. Como si el foibe fuera un detalle molesto de la historia italiana.
Una batalla de civilización
La votación de Estrasburgo no es sólo un acto formal: es una batalla por la civilización. Reconocer los horrores del comunismo no es una cuestión de afiliación política, sino de respeto a la verdad y a las víctimas.
Quienes voten en contra de este reconocimiento, quienes sigan negando la barbarie del foibe, están en el lado equivocado de la historia.
Y mientras la izquierda italiana se cubre de vergüenza, los patriotas italianos seguirán exigiendo verdad, memoria y justicia. Porque no hay futuro sin memoria. Y no hay libertad sin condena del totalitarismo. De todos ellos.