El puesto de Vicepresidente Ejecutivo de la Comisión de la UE otorgado a Raffaele Fitto representa un triunfo para Giorgia Meloni por varias razones estratégicas y políticas:
- Confirmación del peso de Italia en Europa: El nombramiento de Fitto para un puesto tan central reconoce la importancia política y económica de Italia en Europa. Como segundo país productor y tercera economía del continente, Italia mantiene un papel de liderazgo. Esto refuerza la posición del Gobierno de Meloni en el diálogo con la UE, demostrando que Italia es reconocida e influyente, lo que aumenta su credibilidad interna y externa.
- Control sobre el PNRR y los fondos europeos: Confiar a Fitto, junto con Dombrovskis, la delegación sobre el PNRR permite al Gobierno italiano influir directamente en la gestión y aplicación de los fondos europeos de recuperación. Esto permite a Meloni controlar de cerca el uso de los fondos para la reactivación de la economía italiana, especialmente en las regiones más vulnerables como el Mezzogiorno, una cuestión crucial para la estabilidad del gobierno.
- Fuerte impacto en las reformas y el crecimiento económico: Fitto tendrá la tarea de garantizar que las reformas e inversiones promovidas por la UE apoyen el crecimiento a largo plazo, no sólo para Europa sino también para Italia. Para Meloni, esto significa la posibilidad de influir en políticas económicas y sociales fundamentales para el futuro del país, sin tener que hacer excesivas concesiones en medidas de austeridad, manteniendo un equilibrio entre las necesidades europeas y las prioridades nacionales.
- Interés estratégico para el sur de Italia: La delegación de cohesión, con un presupuesto de 378.000 millones de euros para el ciclo 2021-2027, representa una oportunidad clave para el desarrollo de las regiones del sur de Italia. El control de estos recursos permite a Meloni reforzar su consenso en las zonas más débiles del país, donde el Gobierno tiene fuertes intereses electorales, promoviendo políticas de cohesión y desarrollo local.
- Reforzar la posición de Fitto dentro del gobierno: Fitto es una figura política cercana a Meloni, y su papel en la UE refuerza su posición dentro del ejecutivo italiano, actuando como canal directo entre Bruselas y Roma. Esto ayuda a Meloni a mantener el control estratégico sobre las decisiones y políticas europeas, garantizando una visión coherente y alineada entre Italia y la UE.
En resumen, el nombramiento de Raffaele Fitto para la Comisión Europea es un «win-win» para Meloni porque refuerza el peso político de Italia en Europa, ofrece la gestión directa de fondos estratégicos, especialmente para el Sur, y permite al gobierno influir en reformas cruciales para el crecimiento económico y social del país. Y ello a pesar de que Meloni, como líder de los conservadores europeos y dirigente del FdI, no apoyó el bis de la «mayoría Ursula» y la reelección de von der Leyen como presidenta de la Comisión.
Confirman el análisis que hemos expuesto fuentes del Palazzo Chigi, que esta tarde han filtrado su satisfacción por un nombramiento de importantísimo valor político que confirma la centralidad de Italia en el ámbito europeo y reconoce el papel y el peso de Italia, Estado fundador de la UE, segundo fabricante europeo y tercera economía del continente.
Además, Raffaele Fitto, junto con el Comisario Dombrovskis, tiene encomendada también la delegación sobre el PNRR. La tarea del Vicepresidente Fitto, según escribió von der Leyen en su «carta de misión», consistirá en «garantizar que la UE siga apoyando reformas e inversiones a largo plazo que contribuyan directamente a reforzar el crecimiento europeo».
Tal y como se especifica en la «carta de misión» de la Presidenta de la Comisión von der Leyen, los asuntos de crucial importancia e interés estratégico para Europa e Italia que se encomiendan a otros Comisarios que dependen de Fitto entran dentro del ámbito de responsabilidad de la Vicepresidenta: agricultura, transporte y turismo, pesca y economía azul. En total, la cohesión asciende a unos 378 000 millones (de los que unos 43 000 millones corresponden a Italia) para el ciclo 2021-2027, sin contar el futuro ciclo de programación (por el momento incuantificable, pero presumiblemente de alcance similar) que la próxima Comisión deberá definir junto con los Estados miembros.
Para un Estado como Italia, y especialmente para el Mezzogiorno, se trata de un interés nacional primordial. Lo mismo cabe decir de las reformas y el desarrollo regional en un marco en el que la dimensión regional es cada vez más importante.