Fitto en la UE, así Meloni hace grande a Italia en Europa

La elección de Fitto como Comisario europeo, decisión tomada por la Primera Ministra Giorgia Meloni y oficializada en las últimas horas con una carta dirigida a la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, es una elección de responsabilidad. Una responsabilidad que hasta ahora ha caracterizado la labor del gobierno Meloni en Europa, según el principio de cooperación leal, que no debe fallar ni siquiera ante la llamativa diferencia política e ideológica entre quienes representan a los ciudadanos a distintos niveles. Basta pensar, por ejemplo, en las exigencias de responsabilidad del alcalde de Nápoles, Gaetano Manfredi (de izquierdas), hacia su «superior» en la Región, Vicenzo De Luca, en sus relaciones con la Oficina del Primer Ministro: dos exponentes políticos del mismo partido, pero con relaciones diferentes con el ejecutivo, en función de su distinta apertura o cerrazón ideológica. En este contexto deben leerse las relaciones del gobierno Meloni con Bruselas.

Giorgia Meloni siempre ha dado muestras de lealtad en Europa y de espíritu de cooperación en los grandes temas. Uno de ellos, sobre todo, la inmigración: sólo los barqueros se beneficiarían de una división ideológica entre los órganos de decisión. Porque eso es lo que provoca la falta de cooperación: no resolución de los problemas, falta de decisiones, bloqueos prolongados y desagradables. En cambio, la cooperación y el diálogo con todos los actores sobre el terreno han permitido abordar la solución del problema con un enfoque diferente al del pasado: los desembarcos han disminuido y los barqueros están al límite de sus fuerzas, obligados a especular con otras rutas y no con la central, que hasta hace unos meses era la más popular y la que une a Italia y Túnez. Todo ello de acuerdo con el principio de subsidiariedad, que la propia Primera Ministra ha invocado en repetidas ocasiones: Europa debe intervenir allí donde los distintos países europeos no puedan hacerlo con sus propias fuerzas, o donde los organismos de Bruselas puedan hacerlo mejor..

Aparte del aislamiento

El nombramiento de Fitto, oficializado el viernes, es un paso en esta dirección. Lejos del aislamiento en Europa, temido por una izquierda que intentó especular con el voto de los Fratelli d’Italia contra la mayoría ucraniana; un voto contra el que el propio Primer Ministro Meloni, sin dudarlo un instante, afirmó orgulloso que «nunca con la izquierda» debe aplicarse tanto en Italia como en Europa, siempre. El de Raffaele Fitto, Ministro de Asuntos Europeos, Política de Cohesión y PNR, es el perfil más adecuado. Su labor en la aplicación de las medidas aportadas por Europa, incluido el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia, o incluso los Fondos de Desarrollo y Cohesión, le han granjeado una gran estima, de la que, para ser justos, ya gozaba en Europa.

Mantener un diálogo con las instituciones europeas, a pesar de lo que muchos llaman «ruptura», pero que en realidad es un voto en contra, una libre elección en la vida democrática, no es por tanto un problema: se puede y se debe cooperar en los grandes temas, respetando y preservando siempre los intereses italianos. Nuestra nación goza de una buena posición en Europa, por su papel histórico como fundadora de la Unión, por su posición como tercera economía del continente, por su peso industrial y cultural, y ahora por su gobierno estable y creíble. Porque en realidad se trata de una cuestión de credibilidad: y decir no a una Comisión, pero seguir cooperando en los grandes temas por el bien de la nación, es una demostración impresionante de lealtad al electorado, de madurez institucional y de integridad hacia el país...

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